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P. Calderón de la Barca. Biografía.

Pedro Calderón de la Barca.

(Madrid, 1600-1681) Dramaturgo español. Educado en un colegio jesuita de Madrid, estudió en las universidades de Alcalá y Salamanca. En 1620 abandonó los estudios religiosos y tres años más tarde se dio a conocer como dramaturgo con su primera comedia, Amor, honor y poder.

Calderón de la Barca

Como todo joven instruido de su época, viajó por Italia y Flandes y, desde 1625, proveyó a la corte de un extenso repertorio dramático entre el que figuran sus mejores obras. Tras granjearse un sólido prestigio en el Palacio Real, en 1635 escribió El mayor encanto, el amor, para la inauguración del teatro del palacio del Buen Retiro.

Nombrado caballero de la Orden de Santiago por el rey, se distinguió como soldado en el sitio de Fuenterrabía (1638) y en la guerra de Cataluña (1640). Ordenado sacerdote en 1651, poco tiempo después fue nombrado capellán de Reyes Nuevos de Toledo. Por entonces ya era el dramaturgo de más éxito de la corte. En 1663 el rey lo designó capellán de honor, por lo que se trasladó definitivamente a Madrid.

Pedro Calderón de la Barca y Barreda González de Henao Ruiz de Blasco y Riaño nació en Madrid el viernes 17 de enero de 1600 y fue bautizado en la parroquia de San Martín. Su padre, Diego Calderón, era hidalgo de origen montañés (Viveda, Cantabria) y por herencia paterna había asumido el cargo de secretario del Consejo y Contaduría Mayor de Hacienda, sirviendo en él a los reyes Felipe II y Felipe III. Se casó en 1595 con Ana María de Henao, perteneciente a una familia también de origen noble. Pedro fue el tercero de los seis hijos que el matrimonio alcanzó a tener (tres varones y tres mujeres, de los que solo cuatro pasaron de la infancia: Diego, el primogénito; Dorotea —monja en Toledo—;Pedro y Jusepe o José. Estos hermanos estuvieron siempre bien avenidos, como declaró Diego Calderón en su testamento (1647).

Sin embargo, tenían también un hermano natural, Francisco, que ocultaron bajo el apellido de "González" y fue expulsado de la casa paterna por don Diego, aunque este dejó escrito en 1615 que se le reconociera como legítimo a no ser que hubiera contraído matrimonio "con esa mujer con quien trató de casarse", en cuyo caso sería desheredado.

El linaje de los Calderón de la Barca es muy antiguo y amplio. El padre fray Felipe de la Gándara escribió un libro sobre esta materia en 1661, cuyo capítulo XII "De los Calderones de Sotillo, en la jurisdicción de Reinosa", está dedicado a la rama a la que pertenece el dramaturgo. El escudo de la familia consistía en cinco calderones negros en campo de plata y por orla ocho aspas de oro en campo de gules; portaba el lema "Por la fe moriré”. La casa solariega de la estirpe se encuentra en Viveda (Cantabria), y es conocida como Casa-torre de los Calderón de La Barca.

Empezó a ir al colegio en 1605 en Valladolid, porque allí estaba la Corte, pero el padre, de carácter autoritario, decidió destinarlo a ocupar la capellanía de San José en la parroquia de San Salvador que había reservado la abuela Inés de Riaño y Peralta al hijo mayor de la familia que fuese sacerdote. Ya en Madrid, la familia se instaló en 1607 en unas casas de la calle de las Fuentes que hacían esquina a la bajada a los Caños del Peral. Pedro Calderón ingresó en el Colegio Imperial de los jesuitas de Madrid en 1608, situado donde ahora se encuentra el Instituto San Isidro, y allí permaneció hasta 1613 estudiando gramática, latín, griego y teología. 

La formación jesuítica que recibió entonces configuró de manera decisiva su producción literaria y su vida. Cuando ya llevaba en el Colegio dos años, falleció su madre de sobreparto, así como la niña a que dio a luz (22 de octubre de 1610). En 1613 falleció también la abuela Inés de Riaño y se abrió su testamento, en que declaraba su voluntad de que el mayor de sus nietos ocupase la citada capellanía. Don Diego desenviudó al casarse en segundas nupcias en 1614 con la dama Juana Freyle Caldera, de buena pero empobrecida familia; pero también el padre falleció súbita e inesperadamente al año siguiente, el 21 de noviembre de 1615. Por este motivo Pedro, que había ingresado en la Universidad de Alcalá el año antes, tuvo que interrumpir sus estudios para que se leyeran las abusivas cláusulas del testamento, que indispusieron a los hermanos contra su madrastra, con la que entablaron un pleito aun siendo menores de edad (el mayor, Diego, tenía diecinueve años, pero la mayoría de edad se otorgaba entonces a los veinticinco), fallado con un concierto fechado en Valladolid en 1618. Doña Juana se volvió a casar y los hermanos quedaron desde 1616 bajo la tutela, educación y manutención de su tío materno Andrés Jerónimo González de Henao. En el ínterin, el futuro poeta marchó a la Universidad de Salamanca (1615), donde en octubre de 1617 alquiló una casa con otros estudiantes, uno de ellos su primo Francisco de Montalvo, al Colegio de San Millán. En junio de 1618 todavía no habían pagado y fueron excomulgados.

En 1619 se graduó de bachiller in utroque, esto es, en ambos derechos, canónico y civil, sin llegar a ordenarse como había deseado su padre. En 1621 participó en el certamen poético habido con motivo de la beatificación de san Isidro y posteriormente en el de su canonización, en 1622, y ganó un premio tercero.

Decidió dejar los estudios religiosos por la carrera militar y llevó una vida algo revuelta de pendencias y juego. Hubo también problemas en el ámbito familiar, pues los hermanos hicieron declaración oficial en 1621 de su estado de penuria y tuvieron que vender un censo o renta de bienes heredados para poder subsistir. Además, en el verano de ese mismo año él y sus hermanos Diego y José anduvieron enredados en el homicidio de Nicolás Velasco, hijo de Diego de Velasco, criado del condestable de Castilla, y tuvieron que refugiarse en casa del embajador de Austria hasta que lograron un concierto con los querellantes que exigió el pago de una crecida indemnización. Debido a estas estrecheces económicas tuvo Pedro que entrar al servicio de Bernardino Fernández de Velasco y Tovar, VI duque de Frías y XI condestable de Castilla, con quien viajó por Flandes y el norte de Italia entre 1623 y 1625 participando en varias campañas bélicas, según su biógrafo Juan de Vera Tassis, aunque falta documentación que lo confirme, y en 1625 marchó como soldado al servicio del citado Condestable. 

Su primera comedia conocida, Amor, honor y poder, fue estrenada con éxito en Palacio con motivo de la visita de Carlos, príncipe de Gales, el 29 de junio de 1623, por la compañía de Juan Acacio Bernal; siguió en ese mismo año Judas Macabeo, representada por la de Felipe Sánchez de Echeverría, así como otras muchas; en 1626 el primogénito Diego Calderón, ya mayor de edad, pudo vender el oficio de Secretario del Consejo de Hacienda de su padre en la persona de Duarte Coronel a cambio de 15.500 ducados; con ello la familia logró salir de sus apuros económicos.

Desde 1625, fecha de su comedia La gran Zenobia, representada por la compañía de Andrés de la Vega, Calderón proveyó a la Corte de un extenso repertorio dramático: El sitio de Bredá (1626), El alcalde de sí mismo (1627), La cisma de Ingalaterra (1627), y, en 1628, Saber del mal y el bien, Hombre pobre todo es trazas, Luis Pérez, el gallego, y El Purgatorio de San Patricio; pero, en 1629, el irrumpir con sus hermanos en sagrado persiguiendo a un actor, concretamente en el Convento de las Trinitarias de Madrid, donde se encontraba la hija de Lope, le causó la enemistad del monarca de la escena cómica, Lope de Vega, y del famoso orador sagrado gongorino fray Hortensio Félix Paravicino. Calderón correspondió a los ataques de este último burlándose en un pasaje de su comedia El príncipe constante, escrita en ese año, al igual que La dama duende, su primer gran éxito. 

Asimismo estrena en ese mismo año de 1629 Casa con dos puertas, mala es de guardar y, en el Real Sitio de la Zarzuela, El jardín de Falerina. En 1630 ya era lo bastante famoso como para que Lope de Vega elogiara su talento poético en El laurel de Apolo y en 1632 se ganó también las alabanzas de Juan Pérez de Montalbán en su Para todos. Ejemplos morales. En 1633 escribe Amar después de la muerte o El Tuzaní de la Alpujarra, según José Alcalá-Zamora "la más apasionante tragedia de guerra y de amor de nuestra literatura”.

Con estas y otras comedias fue ganándose, incluso, el aprecio del mismísimo rey Felipe IV, quien empezó a hacerle encargos para los teatros de la Corte, ya fuera el salón dorado del desaparecido Alcázar o el recién inaugurado Real Coliseo del Buen Retiro, para cuya primera función escribió en 1634 El nuevo Palacio del Retiro. Asimismo, eclipsada ya la estrella de Lope en los teatros, se ganó el aprecio del público en general en la década de los treinta con sus piezas para los corrales de comedias madrileños de la Cruz y del Príncipe.

En 1635 fue nombrado director del Coliseo del Buen Retiro y escribió El mayor encanto, Amor, La vida es sueño y El médico de su honra, entre otros muchos y muy refinados espectáculos dramáticos, para los cuales contaba con la colaboración de hábiles escenógrafos italianos, como Cosme Lotti o Baccio del Bianco, y expertos músicos para las primeras zarzuelas que se escribieron, como Juan Hidalgo. En estos encargos palatinos cuidaba de todos los aspectos y detalles de la representación y asistía además a los ensayos. 

En 1635 también se estrenó en un escenario flotante del estanque del Retiro El mayor encanto amor, sobre el tema de Ulises y Circe, con efectos de Lotti, del cual se conserva la Memoria para esta pieza.

En este mismo año solicitó y obtuvo del rey el hábito de caballero de la Orden de Santiago, para cuyo disfrute fue necesario solicitar dispensa del papa Urbano VIII,

El teatro de Calderón de la Barca.

Según el recuento que él mismo hizo el año de su muerte, su producción consta de ciento diez comedias y ochenta autos sacramentales, loas, entremeses y otras obras menores. Como todo coetáneo suyo, Calderón no podía por menos que partir de las pautas dramáticas establecidas por Lope de Vega. Pero su obra, ya plenamente barroca, tal vez alcance mayor grado de perfección técnica y formal que la de Lope. De estilo más sobrio, Calderón pone en juego menor número de personajes y los centra en torno al protagonista, de manera que la obra tiene un centro de gravedad claro, un eje en torno al cual giran todos los elementos secundarios, lo que refuerza la intensidad dramática.

El crítico Ángel Valbuena Prat señaló que en su estilo cabe distinguir dos registros. El primero consiste en reordenar y condensar lo que en Lope aparece de manera difusa y caótica y en estilizar las notas de su realismo costumbrista. Así, Calderón reelabora temas originales de Lope en varias de sus obras maestras; en ellas aparece una rica galería de personajes representativos de su tiempo y de su condición social, los cuales tienen en común un tema del siglo: el honor, el patrimonio del alma enfrentado a la justicia de los hombres, caso de El alcalde de Zalamea, o las pasiones amorosas que ciegan el alma, cuestión que aborda en El mayor monstruo, los celos o en El médico de su honra.

Pero no es ése, desde luego, el principal motivo de su obra. En su segundo registro, el dramaturgo inventa, más allá del repertorio caballeresco, una forma poético-simbólica desconocida antes de él y que configura un teatro esencialmente lírico, cuyos personajes se elevan hacia lo simbólico y lo espiritual. Calderón destaca sobre todo como creador de esos personajes barrocos, íntimamente desequilibrados por una pasión trágica, que aparecen en El mágico prodigioso o La devoción de la cruz.

Su personaje más universal es el desgarrado Segismundo de La vida es sueño, considerada como la cumbre del teatro calderoniano. Esta obra, paradigma del género de comedias filosóficas, recoge y dramatiza las cuestiones más trascendentales de su época: el poder de la voluntad frente al destino, el escepticismo ante las apariencias sensibles, la precariedad de la existencia, considerada como un simple sueño, y, en fin, la consoladora idea de que, incluso en sueños, se puede todavía hacer el bien.

Con Calderón adquirieron asimismo especial relevancia la escenografía (lo que él llamaba «maneras de apariencia») y la música. La carpintería teatral se convirtió en un elemento clave en la composición de sus obras, y el concepto de escena se vio revalorizado de una manera general, en la línea del teatro barroco. En cuanto a su lenguaje, se puede considerar que es la culminación teatral del culteranismo poético de Góngora. Su riqueza expresiva y sus complejas metáforas provienen de un cierto conceptismo intelectual, acorde con el temperamento meditabundo propio de sus personajes de ficción.


Curiosidades sobre Calderón de la Barca.


Te presento 5 curiosidades de este maravilloso pilar de la literatura y el arte:

1. Llegó a tener muchas riñas con Lope de Vega, logrando sustituirlo como Dramaturgo.

2. Un dato muy interesante es que Calderón de la Barca estaba sin duda muy unido a sus hermanos, pues su madre había fallecido y su padre inició una nueva familia con un nuevo matrimonio. 

El hecho fue tal que llegó a tomar venganza pues uno quedó herido de gravedad. Acto seguido se coló inclusive en un convento de las Trinitarias en Madrid, haciendo caso omiso a sus reglas con el fin de encontrar a quien había lastimado a su hermano.Objetivo que al final no pudo lograr, solo le quedó el odio en su corazón, y sus acciones a su vez sembraron odio en el corazón de otros.

3. Otro dato interesante del maestro Pedro Calderón de La Barca es el hecho de que sus restos nunca aparecieron - pues en la época de 1936 no se encontraban en la iglesia de San pedro Apóstol.

Algunos comentan la idea de que antes del incendio que esta iglesia sufrió fue trasladado a otro lugar en el que no se tiene registro, o bien este mismo sirvió de leña para el fuego que ese día cubrió todo.

4. Para la época existía algo extraño respecto a sus entierros pues, Calderón de la Barca tuvo 6 entierros y desentierros, pues algunas autoridades, así como hermandades y organismos, podían tener derecho a saber qué hacer con los restos en el caso de que se estuviera haciendo una reforma de su lugar de descanso.

5. Fue algo buscapleitos, pues en la vida de militar que llevó siempre se le veía en riñas o revueltas de un fin o de otro. Esta vida fue tomada tiempo después de que su padre murió pues él le aconsejaba siempre o le pedía que siguiera una vida religiosa.

Es un hecho que Don Pedro Calderón de la Barca tuvo un sinfín de obras que merecen tener una mención honorífica, pero como son demasiadas aquí te presento algunas de sus obras más destacadas:


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FUENTE: https://www.biografiasyvidas.com y Wikipedia

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