Pulsa en la imagen

Séneca. Biografía.

Séneca.

Lucio Anneo Séneca. (Córdoba, h. 4 - Roma, 65) Filósofo hispanorromano. Perteneció a una familia acomodada de la provincia Bética del Imperio Romano. Su padre fue un retórico de prestigio, cuya habilidad dialéctica fue muy apreciada luego por los escolásticos, y cuidó de que la educación de su hijo en Roma incluyera una sólida formación en las artes retóricas, pero Séneca se sintió igualmente atraído por la filosofía, recibiendo enseñanzas de varios maestros que lo iniciaron en las diversas modalidades de la doctrina estoica por entonces popular en Roma.

Escritor latino. Pertenecía al orden ecuestre. Se instaló en Roma con su familia en el año 12 a.J.C., en plena era de Augusto. Estuvo en contacto con los principales oradores y literatos de la época. Tenía una memoria prodigiosa, gracias a la cual pudo en su vejez componer, a petición de sus tres hijos -Novato, Mela y Séneca el Filósofo- su obra. Sus Controversiae son un conjunto de declamaciones forenses, en 10 libros, de los que se conservan cinco (I, II, VII, IX, X); las Suasoriae forman un solo libro, con siete declamaciones sobre temas históricos, literarios o mitológicos, en las que se argumenta a favor y en contra de una determinada decisión. En sus citas desfilan los representantes de la retórica y de la elocuencia de su época. Compuso también unas Historias, obra de la que sólo se conservan escasos fragmentos y que describía los acontecimientos comprendidos entre los comienzos de la guerra civil desencadenada por César y Pompeyo y los años inmediatamente anteriores a la muerte del autor.


Séneca

Emprendió tempranamente la carrera política, se distinguió como abogado y fue nombrado cuestor. Su fama, sin embargo, disgustó a Calígula, quien estuvo a punto de condenarlo en el 39. Al subir Claudio al trono en el año 41, Séneca fue desterrado a Córcega, acusado de adulterio con una sobrina del emperador. Ocho años más tarde fue llamado de nuevo a Roma como preceptor del joven Nerón, y cuando éste sucedió a Claudio en el 54, se convirtió en uno de sus principales consejeros, cargo que conservó hasta que en el 62, viendo que su poder disminuía, se retiró de la vida pública.

En el 65 fue acusado de participar en la conspiración de Pisón, con la perspectiva, según algunas fuentes, de suceder en el trono al propio Nerón; éste le ordenó suicidarse, decisión que Séneca adoptó como liberación final de los sufrimientos de este mundo, de acuerdo con su propia filosofía.

En general, su doctrina era la de los antiguos estoicos, aunque, en numerosos aspectos, incorporó a ella su propia visión personal y hasta la de pensadores de escuelas antagónicas, como Epicuro, al que cita a menudo en términos aprobatorios; con ello no hizo sino ejemplificar el espíritu ecléctico y sintético característico del «estoicismo nuevo» propio de su época, del cual fue el máximo exponente.

La filosofía era, para él, un asunto fundamentalmente práctico, cuyo principal objetivo era el de encaminar a los hombres hacia la virtud, comunicándoles el conocimiento de la naturaleza del mundo y de su propio lugar en él para que ello los hiciera capaces de guiar sus vidas de acuerdo con la voluntad divina. En este sentido, la lógica y la física proporcionan un fundamento a la ética pero no ocupan su lugar, sino que están subordinadas a ella como lo estaban ya en el antiguo estoicismo; a este último, Séneca aporta esfuerzo, que aplica a persuadir del deber de obrar y pensar rectamente, más que a demostrar la verdad de un conjunto de enunciados éticos normativos.



Se vale, para ello, de la descripción vívida de los beneficios de la virtud y las desventajas del vicio; en la comprensión de que todos los bienes y males de este mundo son transitorios radica la autosuficiencia del verdadero sabio, quien, para conseguirla, debe liberarse de sus emociones, juicios equivocados acerca del valor de las cosas. El tono moral de Séneca está cargado de acentos religiosos que lo aproximan al teísmo y llevaron a pensar en la posibilidad de que fuera cristiano, circunstancia que trató de probarse a través de una supuesta correspondencia con San Pablo, que resultó ser apócrifa.

En sus escritos sobre ciencias naturales trató, en particular, de los terremotos y su relación con los volcanes; aunque, en general, recogió las opiniones de los antiguos sobre diversos temas, añadió algunas reflexiones personales interesantes, como el vaticinio de una futura explicación de los cometas como verdaderos cuerpos celestes.

Fue también autor de nueve piezas dramáticas, inspiradas en modelos griegos clásicos y que son, de hecho, estudios de las tensiones emocionales a que se ven sometidos los personajes, destinadas a ser leídas más que representadas; escribió así mismo una magistral y mordaz sátira de la deificación del emperador Claudio.

Caída y muerte.

En el año 59, la antiguamente gran valedora de Séneca Agripina fue asesinada por Nerón, lo que marcaría el inicio del fin de Séneca. Aunque posiblemente no estuvieran involucrados, Séneca y Burro tuvieron que llevar a cabo una campaña de lavado de imagen pública del emperador a fin de minimizar el impacto que pudiera tener el crimen. Séneca escribió la famosa carta al Senado en la que justificaba a Nerón y explicaba cómo Agripina había conspirado en contra de su hijo. Este hecho ha sido muy criticado con posterioridad, y ha sido germen frecuente de las acusaciones de hipocresía contra Séneca. Cuando, en el año 62, Burro murió, la situación de Séneca en el poder se volvió insostenible, al haber perdido buena parte de su capital político y de sus apoyos. La campaña de desprestigio, además, le privó de la cercanía del emperador, el cual, rodeado de aduladores y arribistas como Tigelino, Vitelio o Petronio, pronto comenzaría a hablar de desembarazarse de su viejo tutor.


Así, ese mismo año 62 Séneca pidió a Nerón retirarse de la vida pública, y ofreció toda su fortuna al emperador. El retiro le fue concedido tácitamente, aunque la fortuna no le fue aceptada hasta años después. De esta manera, Séneca consiguió retirarse de la cada vez más peligrosa corte romana, y comenzó a pasar su tiempo viajando con su segunda esposa, Paulina, por el sur de Italia. Al mismo tiempo, comenzó a redactar una de sus obras más famosas, las Cartas a Lucilio, auténtico ejemplo de ensayo, en las que Séneca ofrece todo tipo de sabios consejos y reflexiones a Lucilio, un amigo íntimo que supuestamente ejercía como procurador romano en Sicilia. Esta obra serviría de ejemplo e inspiración a Michel de Montaigne en la redacción de sus Ensayos.

Aun así, Séneca no consiguió desembarazarse del todo de la obsesiva perversión de su antiguo pupilo. Según Tácito, parece ser que en sus últimos años Séneca sufrió un intento de envenenamiento, frustrado gracias a la sencilla dieta que el filósofo había adoptado, previendo un ataque de este tipo. Sea como fuere, en el año 65 se le acusó de estar implicado en la famosa conjura de Pisón contra Nerón. Aunque no existieran pruebas firmes en su contra, la conjura de Pisón sirvió a Nerón como pretexto para purgar la sociedad romana de muchos patricios y caballeros que consideraba subversivos o peligrosos, y entre ellos se encontraba el propio Séneca. Así pues, Séneca fue, junto con muchos otros, condenado a muerte, víctima de la conjura fracasada.

Sobre la muerte de Séneca, el historiador Tácito cuenta que el tribuno Silvano fue encomendado para darle la noticia al filósofo, pero siendo aquel uno de los conjurados, y sintiendo una gran vergüenza por Séneca, le ordenó a otro tribuno que le llevara la notificación del César: de un patricio como Séneca se esperaba no que decidiera esperar a la ejecución, sino que se suicidara tras recibir la condena a muerte. Cuando Séneca recibió la misiva, ponderó con calma la situación y pidió permiso para redactar su testamento, lo cual le fue denegado, pues la ley romana preveía en esos casos que todos los bienes del conjurado pasaran al patrimonio imperial.

Sabiendo que Nerón actuaría con crueldad sobre él, decidió abrirse las venas en el mismo lugar, cortándose en brazos y piernas. Su esposa Paulina le imitó para evitar ser humillada por el emperador, pero los guardias y los sirvientes se lo impidieron y otras fuentes afirman que realmente se suicidó, aunque Suetonio afirma que vivió hasta el principado de Domiciano. Séneca, al ver que su muerte no llegaba, le pidió a su médico Eustacio Anneo que le suministrase veneno griego (cicuta), el cual bebió pero no le hizo efecto. Pidió finalmente ser llevado a un baño caliente, donde el vapor terminó asfixiándolo, víctima del asma que padecía.

Al suicidio de Séneca lo siguieron, además, el de sus dos hermanos y el de su sobrino Lucano, sabedores de que pronto la crueldad de Nerón recaería también sobre ellos. Séneca fue incinerado sin ceremonia alguna. Así lo había prescrito en su testamento cuando, en sus tiempos de riqueza y poder, pensaba en sus últimos momentos.


Pulsa para acceder a:

             




FUENTE: https://www.biografiasyvidas.com y Wikipedia

ENTRADAS MÁS POPULARES